Madera procesada lista para ser trasladada. / ULY MARTÍN
La conferencia de la Convención sobre el Comercio Internacional de Flora y Fauna
(CITES), que se celebra estos días en Bangkok, ha acordado hoy regular
el comercio de varias especies árbol para reducir su tala a causa del
tráfico de maderas exóticas, una lucha que lidera Suramérica. Entre
ellas están el palisandro siamés, el palisandro de Madagascar y el
ébano.
Más una veintena de especies, la mayoría originarios de Suramérica, están desde hace varios años incluidos en el apéndice segundo de la CITES, que corresponde a las no amenazadas por la extinción pero comercializadas bajo una regulación establecida de común acuerdo entre los países firmantes. A petición conjunta de Tailandia y Vietnam se ha debatido y aprobado "por consenso" la inclusión en este apéndice segundo del palisandro siamés, un árbol "sobreexplotado" que se puede encontrar en selvas de Camboya, Laos, Tailandia y Vietnam. "Esta especie es uno de los más claros ejemplos de cómo los Gobiernos locales son incapaces de proteger sus especies frente a las actividades de las mafias ilegales de la madera", ha apuntado la Agencia de Investigación para el Medio Ambiente en una nota leída durante la sesión.
El palisandro granadillo y el palisandro de Honduras también se han incluido en el apéndice, a propuesta de Belice, así como el palo de rosa, a instancias de Brasil.
El tráfico ilegal de la madera es uno de los más complicados de rastrear debido a la variabilidad de sus mercados. "China ha desplazado el flujo del mercado tradicional de la madera ilegal que antes se centraba en Europa y Norte América", ha explicado David Newton, especialista en flora del grupo ecologista internacional Traffic. Según este experto, el gigante asiático importa madera ilegal de las selvas de África, Suramérica y del Sudeste Asiático.
Shanghai, Hong Kong y Macao son los principales puertos de entrada de los troncos de madera que la industria china transforma después en muebles, instrumentos musicales o en objetos de decoración. El puerto de Singapur es otro centro de distribución, mientras que las fronteras de China con Laos, Birmania (Myanmar) y Vietnam son las principales rutas seguidas por las bandas que se dedican al trafico ilegal de madera.
Más una veintena de especies, la mayoría originarios de Suramérica, están desde hace varios años incluidos en el apéndice segundo de la CITES, que corresponde a las no amenazadas por la extinción pero comercializadas bajo una regulación establecida de común acuerdo entre los países firmantes. A petición conjunta de Tailandia y Vietnam se ha debatido y aprobado "por consenso" la inclusión en este apéndice segundo del palisandro siamés, un árbol "sobreexplotado" que se puede encontrar en selvas de Camboya, Laos, Tailandia y Vietnam. "Esta especie es uno de los más claros ejemplos de cómo los Gobiernos locales son incapaces de proteger sus especies frente a las actividades de las mafias ilegales de la madera", ha apuntado la Agencia de Investigación para el Medio Ambiente en una nota leída durante la sesión.
El palisandro granadillo y el palisandro de Honduras también se han incluido en el apéndice, a propuesta de Belice, así como el palo de rosa, a instancias de Brasil.
El tráfico ilegal de la madera es uno de los más complicados de rastrear debido a la variabilidad de sus mercados. "China ha desplazado el flujo del mercado tradicional de la madera ilegal que antes se centraba en Europa y Norte América", ha explicado David Newton, especialista en flora del grupo ecologista internacional Traffic. Según este experto, el gigante asiático importa madera ilegal de las selvas de África, Suramérica y del Sudeste Asiático.
Shanghai, Hong Kong y Macao son los principales puertos de entrada de los troncos de madera que la industria china transforma después en muebles, instrumentos musicales o en objetos de decoración. El puerto de Singapur es otro centro de distribución, mientras que las fronteras de China con Laos, Birmania (Myanmar) y Vietnam son las principales rutas seguidas por las bandas que se dedican al trafico ilegal de madera.
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