
Foto: RIA Novosti
Más de veinte millones de rusos en setenta ciudades participan en la acción internacional la Hora de la Tierra convocada para este sábado.
Justo a las 20.30 hora local, las
instituciones públicas, entidades y particulares apagan por una hora la
luz y todos los electrodomésticos para llamar la atención universal
sobre el uso irracional de recursos naturales, la protección ambiental y
el cambio climático.
La primera
convocatoria de la Hora de la Tierra tuvo lugar en Sídney, Australia, en
2007. Al año siguiente la apoyaron decenas de otros países. Pasado otro
año, esta acción fue reconocida como la más participativa en la
historia de la humanidad. En 2012, contó con la participación de más de
mil millones de voluntarios. Fueron apagadas las luces en la Torre
Eiffel de París, el Big Ben en Londres, el Coliseo de Roma, las
pirámides de Egipto y la Gran Muralla de China. En Rusia, se registró un
número récord de ciudades participantes –cincuenta– que sin duda será
batido este año, asevera el director de WWF Rusia, Ígor Chestin.
—Este
año esperamos que participen al menos setenta ciudades. Entre ellas,
Moscú, San Petersburgo, Nizhni Nóvgorod, Voronezh, Novosibirsk,
Vladivostok y Petropavlovsk-Kamchatski. La geografía es muy amplia. En
Moscú, por primera vez se apaga la iluminación de la Plaza Roja y el
Kremlin. Antes, solo podíamos desconectar instalaciones municipales, y
ahora estamos autorizados para incorporar a la acción obras de categoría
federal.
En la residencia del jefe de Estado, en el Kremlin, la luz también se apaga por una hora. De esta manera. Vladímir Putin
también participa en la acción. Se interrumpe la iluminación en la
Universidad Lomonósov de Moscú, la alcaldía y las Canchas Grande y
Pequeña del polideportivo Luzhnikí. Lo mismo se hace en los principales
atractivos turísticos e San Petersburgo: el Palacio de Invierno, la
Plaza del Palacio y la de Pedro y Pablo. En muchas ciudades de Rusia,
desde Kaliningrado hasta Vladivostok, miles de personas celebran la
acción participando en carreras de ciclismo, dice el presidente del
movimiento Rusivelos, Piotr Dvoriankin:
—Éste
ya es el tercer año que celebramos la acción con pruebas de ciclismo.
La humanidad tiene que entender que las riquezas naturales no son
inagotables, que hay que ahorrarlos y cuidar del medio ambiente. En la
Hora de la Tierra montamos bicicletas con linternas y farolitos para
hacernos notar. De esta manera promovemos el uso de la bicicleta como el
medio de transporte más ecológico fabricado con el mínimo gasto posible
de materiales y recursos.
Todos los
años, lo activistas de la Hora del Planeta recolectan firmas para apoyar
leyes importantes para la ecología. Este año, los interesados pueden
sumarse a los luchadores por la prohibición de las talas industriales de
bosques protegidos al firmar el respectivo documento en el sitio web de
WWF Rusia (wwf.ru/60). Hacen falta al menos cien mil firmas de
ciudadanos rusos para enmendar el Código Forestal de Rusia.
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