En la tarde del Domingo, 30 de diciembre de 2012, los residentes de Dogwood Hills en Seymour, Tennessee, al sureste de Knoxville, entraron en contacto con el sheriff del condado para reportar que por lo menos cincuenta estorninos cayeron del cielo a lo largo de la carretera Boyd Creek. Cuando el fotógrafo de Mountian Press llegó varias aves todavía estaban vivas y se dejaban caer en el camino recalcó un residente al diputado Sargento.
Hace dos años en la víspera de Año nuevo, en Beebe y Ozark, Arkansas, La Barre, Lousiana, una bandada de miles de mirlos de ala roja y estorninos fueron presa del pánico por algo que se desconoce. Los pájaros volaban bajo, entre las casas, las ventanas y los coches, con los cuellos, picos y espaldas rotas, murieron por hemorragías internas. Más de cinco mil cuerpos de aves muertas fueron encontradas en un área abierta de una milla cercana a Beebe. Cada fin de año pareciera repetirse el evento, por lo cual se suponía que una de las posibles causas pudiera ser el uso de pirotecnia, pero hasta la fecha los científicos no se han puesto de acuerdo.

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