Las cuevas de roca calcárea de Waitomo (Nueva Zelanda) son el hábitat natural de las larvas de la especie de mosquito Arachnocampa luminosa.
Esta especie pasa la mayor parte de su vida en un estado larvario; que dura entre seis y doce meses, dependiendo de la cantidad de alimento del que dispongan.
Las larvas salen de los huevos con un tamaño de unos cuatro milímetros y crecen hasta los tres centímetros.
Para alimentarse las larvas tejen hasta setenta hilos de seda, similares
a los de las telarañas y de una longitud de unos 40 centímetros,
alrededor del nido. Sus cuerpos emiten luz para atraer a sus presas a
las trampas. Cuando un insecto queda atrapado las larvas recogen el hilo
y acaban con su presa.
Estas trampas son únicamente eficaces en sitios donde no sopla viento
que enrede sus trampas, motivo por el cual escogen los lugares más
protegidos de las cuevas.
Algunos científicos sostienen que atraen a los insectos haciéndoles
creer que están en un lugar abierto, al confundir el techo de la cueva
con un cielo estrellado.
La intensidad de la iluminación de las larvas depende de el alimento que
han ingerido. Cuando tienen hambre son mucho más luminosas.
Entre sus presas mosquitos, moscas, polillas o incluso pequeños caracoles. Si el alimento escasea en las cuevas se vuelven en caníbales.
La especie Arachnocampa luminosa es un endemismo
que se puede encontrar en toda Nueva Zelanda; pero es en estas cuevas,
convertidas en un atractivo turístico, donde se puede observar con más
facilidad.
El nombre en maorí de las cuevas, Waitomo, significa agujeros en el agua.
La especie está muy protegida, son sensibles a la presencia del hombre
(su única amenaza). Si se las ilumina, molesta o se tocan sus trampas,
se esconden y dejan de brillar.
Científicos se aseguran continuamente con sensores de que la calidad del
aire, especialmente el nivel de dióxido de carbono, la temperatura y la
humedad están dentro de los parámetros correctos y no son afectados por
los visitantes. En función de estos parámetros se varía el flujo de
aire y se restringe el número de visitantes diarios.
En este vídeo se puede ver en vivo el comportamiento de estos singulares animales.
¿Imaginaste alguna vez que existieran mosquitos luminiscentes con un comportamiento similar al de las arañas?
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